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Hernia de disco y cómo evitarla

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Casi ninguna lesión es tan temida entre los deportistas como los problemas del disco intervertebral. No sólo duele muchísimo, sino que a menudo requiere un largo descanso. Incluso después de esto, no siempre es seguro que se pueda recuperar completamente el antiguo nivel de rendimiento. Es por eso que, en primer lugar, no debes dejar que llegue a ese punto. Puede descubrir exactamente qué sucede cuando se produce una hernia de disco, cuáles son los síntomas, las opciones de tratamiento y cómo evitarla aquí. 


El problema

Una hernia de disco (BSP/prolapso de disco) es una enfermedad degenerativa de la columna vertebral. En personas sanas, las vértebras individuales están conectadas por estructuras flexibles hechas de fibrocartílago. La columna vertebral humana tiene un total de 23 de estos discos intervertebrales. Consisten en un núcleo de fibra externo, el llamado anillo fibroso, y un núcleo gelatinoso interno (núcleo pulposo). Este último es un tejido pobre en células que, como un colchón de agua, es deformable pero no comprimible. El disco intervertebral sirve como amortiguador de presión y choque. Al mismo tiempo, asegura la movilidad de la columna. El 75% de las fuerzas son absorbidas por el anillo de fibra. Debido a una carga incorrecta prolongada, a la debilidad de los músculos próximos a las vértebras, pero también a una debilidad genética, el núcleo pulposo puede penetrar en el canal espinal en el que se encuentra la médula espinal. Al hacerlo, se rompe el anillo fibroso. 


Síntomas

Muchas hernias de disco tampoco presentan síntomas. Por lo tanto, antes de iniciar el tratamiento, es importante determinar si los síntomas realmente surgen de un prolapso de disco. Se puede realizar un diagnóstico mediante resonancia magnética o tomografía computarizada. Rara vez está indicada la mielografía. A menudo sólo se realiza un examen físico y neurológico, pero esto no siempre es suficiente para descartar con certeza otras causas. Las pruebas de laboratorio también pueden ayudar a diferenciar una hernia de disco de enfermedades infecciosas que causan síntomas similares. 

La mayoría de los síntomas son bastante difusos, como el dolor de espalda, que puede irradiarse a los brazos o las piernas. Dependiendo de la gravedad, también es posible que se produzca entumecimiento si se pellizcan los nervios. Según las directrices de la AWMF, los siguientes síntomas requieren una acción urgente: 

-accidente previo, osteoporosis

-Fiebre

-Pérdida de peso

-Fallos nerviosos progresivos

-Aumento del dolor por la noche

-parálisis incompleta

-Problemas con las deposiciones o la micción.


Terapia

La cirugía sólo se recomienda en casos raros debido a la alta tasa de complicaciones del procedimiento. Más bien, el objetivo es mantener o recuperar la movilidad tanto como sea posible, si es necesario con medicación adecuada para el tratamiento del dolor. Excepto en la fase aguda, la fisioterapia dirigida puede proporcionar alivio. Deben evitarse en cualquier circunstancia los deportes que ejerzan presión sobre los discos intervertebrales. En su lugar, recomendamos actividades moderadas como el esquí de fondo, el ciclismo o la brazada de espalda. Otras cargas sólo deben realizarse previa consulta con el médico tratante. 

Sin embargo, incluso después de un tratamiento exitoso en otros discos intervertebrales, puede ocurrir una nueva hernia entre los otros cuerpos vertebrales. Por tanto, se debe prestar especial atención al entrenamiento de los músculos de soporte.


Profilaxis

Aunque el pronóstico es mucho mejor gracias a una variedad de nuevos métodos de tratamiento que hace unos años, el objetivo final es, por supuesto, evitar que llegue a ese punto. La mejor protección contra el prolapso son, sobre todo, unos músculos centrales bien desarrollados. Ejercicios como la plancha, el sentado en L o la elevación de piernas pueden ayudar a fortalecer esto. Lo mismo se aplica aquí: la técnica es clave. No sólo podrás soportar mucho más peso si realizas correctamente el ejercicio, por ejemplo con el peso muerto, sino que también te protegerás de consecuencias desagradables. Por lo tanto: Mantenga la espalda recta y tensa. Los cinturones de levantamiento de pesas no siempre son tus amigos aquí. Esta herramienta a menudo se malinterpreta y se utiliza por completo, y en la versión del producto incorrecta. El resultado es un debilitamiento de los músculos de la espalda y un aumento del riesgo de hernia de disco. Entonces, a menos que puedas levantar al menos el doble de tu propio peso corporal con la espalda recta, es mejor mantenerte alejado de ello. Al mismo tiempo, es importante asegurarse de no caer en malas posturas debido a la tensión del día a día, por lo que no se deben descuidar los estiramientos.

Llevar el mensaje a casa

Claro, una hernia de disco no está nada bien. Estamos completamente de acuerdo contigo. ¿Pero significa esto que deberías cambiar a un deporte de “menor riesgo”? Ciertamente no. Entrena limpiamente y mejora siempre dentro de tus capacidades. De esta manera crearás la mejor base para entrenar de forma segura y sin lesiones a largo plazo. 

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